viernes, 12 de junio de 2009

Lo que el viento se llevó



Yo salía con mis primos. Mis primos sus novias y yo con mi novio, y estaban echando por primera vez “Lo que el viento de llevó” en Cádiz, sería por el año 50. En el teatro Falla ya no había asientos, sólo gradas. Fuimos, y cuando estábamos viendo la película se apagó la luz, y se cayeron unas cajillas de gaseosa y una mujer dijo que había fuego, y a otra mujer le dio fatiga en el patio de butacas, y para qué te quiero contar...


Nos levantamos de los asientos, todo estaba oscuro, y no sabíamos por dónde ir, y cuando se encendió la luz, cada uno estábamos por un lado. La novia de mi primo, estaba agarrada a otro y llorando, y yo por otro lado. Mi novio se asomó a una ventana y nos dijo que no pasaba nada por que la gente estaba paseándose por la calle tan tranquila. Mi primo con los ojos desorbitados mirando para arriba, y le decíamos: ¡José! Y el decía ¡¡¿qué?!!, y nada más sabía decir qué a todo lo que nosotros le decíamos ya que estaba nervioso, y de estar sentado arriba del todo. Cuando nos dimos cuenta, estábamos abajo y todos los chaquetones, rebecas, paquetes de tabaco y mecheros, estaban tirados por los asientos. Cuando salimos del teatro estaba lloviendo a mares, así que esperamos a que escampara. Fuimos a comprar pescado frito, y nos metimos en un bar. Después nos fuimos para casa, y cuando llegamos empezamos a contar todo lo que pasó, y mi hermana se moría de la risa, se le veía la campanilla, y se le caían las lágrimas. Estuvimos un mes contando lo del teatro, y riéndonos.

Mi primo, pasaba por la puerta, y mi suegra le decía: “¿José vamos a ir a ver Lo que el viento se llevó?”, y él le contestaba: “¡Eso lo va a ver su “puñetera” madre!”. Y aún hoy nos acordamos y nos echamos a reir.